La pequeña hija está sobre el
colchón, / muerta. ¿Cuántos han estado sobre ella? / Un pelotón, una compañía
quizás? / Una muchacha ha sido convertida en mujer / una mujer convertida en
cadáver. (Alexander Solyenitsin: Noches
prusianas)
Protestas contra violaciones masivas |
El sexo es una de las armas más eficaces para desalentar (y
exterminar) la resistencia del enemigo. En Kuwait, los violadores eran
iraquíes. En Sri Lanka, las fuerzas de seguridad nacionales. En Ruanda, al
mismo tiempo que los abusos de los Balcanes, el discurso oficial planteaba como
objetivo bélico, la violación del mayor número de mujeres tutsis.
El asalto sexual formaba parte
integrante del proceso de destrucción de la etnia tutti y que la violación fue
sistemática y se han perpetrado solo contra las mujeres tutsis, en las que manifiesta
la intención específica necesaria para los actos que se consideran como
genocidio. (Tribunal Criminal Internacional para Ruanda)
Mujeres abusadas del Congo |
Durante los Juicios de Nurenberg convocados tras el
desenlace de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, los nazis no fueron acusados de situaciones como esas, respecto
de las cuales había suficientes testimonios. Los cuerpos de los vencidos, suele
ser el primer botín de guerra que toman los vencedores, cuando los utilizan
para su placer, aprovechando la confusión que sigue a las batallas, con el
objeto adicional de desmoralizar a las víctimas.
Se trata de una práctica inmemorial, sobre la cual apenas se
hablaba en los textos históricos, que no ha variado mucho en la actualidad. La
principal diferencia, es que ahora se denuncia, en lugar de mantenerlo en
secreto, por vergüenza.
Prisioneras coreanas del ejército japonés |
El ejército japonés utilizó a miles de mujeres coreanas,
chinas, tailandesas, birmanas, vietnamitas y filipinas, provenientes de países
que habían sido invadidos antes de la Segunda
Guerra Mundial, como esclavas sexuales. Más de 20.000
estudiantes japonesas fueron sometidas al mismo trato.
El Ejército les prometía empleo en hospitales, restaurantes
y fábricas. Una vez enroladas, descubrían que se esperaba de ellas: que atendieran
la demanda sexual de los uniformados, para evitar las violaciones de mujeres de
la población civil de los países invadidos. Los primeros prostíbulos del
ejército japonés se instalaron en 1932 en Shanghai.
Las mujeres gritaban, pero no
nos importaba si ellas vivían o morían. Éramos los soldados del Emperador. Ya
fuera en burdeles militares o en las aldeas, las violábamos sin reticencia. (Yasuji
Kaneko)
Prisioneras judías en campo de concentración |
Cuando ocupábamos un pueblo,
primero teníamos tres días para los saqueos. Por descontado eso no era oficial.
Pero después de tres días se te podía juzgar por hacerlo. (…) Recuerdo a una
mujer alemana violada, desnuda con una granada entre las piernas. Ahora siento
lástima, pero no la sentía en aquel momento. ¿Piensas que fue fácil perdonar a
los alemanes? Odiábamos ver sus casas blancas, limpias e intactas. Con rosas.
Quería que sufrieran. Quería ver sus lágrimas. (Svetlana Alexeivich)
Sophia Loren: La Ciociara |
Hubiera querido decirle que
comprendía que después de lo que había pasado con los marroquíes, no fuera la
misma y quisiera ir con un hombre para sentirse mujer y anular así el recuerdo
de lo que le habían hecho; que comprendía incluso que después de haber sufrido
aquello que había sufrido bajo los ojos de la Virgen, sin que la Virgen hiciera
nada para impedirlo, a ella no le importara más la religión. (Alberto Moravia:
La Ciociara)
Ejército Rojo y mujeres alemanas |
Los invasores se plantean la misión de embarazar a las
mujeres, tal como se espera que desarmen la resistencia y ocupen el territorio
enemigo. Los dirigentes los alientan a hacerlo o por lo menos no hacen nada
para impedir que aprovechen la situación. Al violar a sus víctimas, tanto los
militares como los civiles, las dejan en una situación de orfandad muy difícil
de revertir, para ellas y la descendencia que pueden engendrar.
Después de sufrir una violencia similar, ¿cómo se recupera la
identidad anterior? ¿Qué espacio les queda para elaborar una identidad nueva?
Protesta femenina: ¡No significa No! |
Son tragedias colectivas que marcan de manera perdurable la memoria
de pueblos enteros. No ocurren por primera vez en la Historia, pero en la
actualidad el hecho trasciende el silencio y la resignación que imponía tradicionalmente
la vergüenza. Ahora, suele denunciarse, lo acepten o no las víctimas, aunque no
es demasiado probable que se lo castigue, y resulta imposible ignorarlo.
En Dubai se ofrece a las mujeres víctimas de violaciones, la
alternativa de casarse con sus agresores, para que ellas (no los agresores)
pudieran evitar la cárcel. ¿No es, como se planteaba el jefe mafioso de The Godfather, el filme de Francis Ford
Coppola, una oferta imposible de rechazar?
En Perú, durante la campaña del ejército nacional contra la
guerrilla de Sendero Luminoso, se ofrecía a las víctimas de situaciones
parecidas una salida no menos honrosa: casarse con los hombres más viejos o los
tontos del pueblo, que no conseguían pareja. Se trataba de una salida que otras
mujeres, menos apremiadas por esos hechos ajenos a su voluntad, se hubiera
negado a aceptar.
Las mujeres suelen ser usadas y abusadas en tiempos de paz,
como objetos que se utilizan de acuerdo a los intereses masculinos y no merecen
mayor consideración. Una noticia de prensa de comienzos de 2014, informa que
una joven pakistaní fue sentenciada por un consejo tribal a ser violada por su
padre y dos de sus hermanos, como castigo de la relación considerada ilícita,
que mantenía otro de los hermanos con una mujer del pueblo. ¿Por qué volverla
víctima de un incesto? Probablemente se entendía someter de ese modo al
escarnio público a toda la familia, pero en ese caso la parte más golpeada (y
de ningún modo responsable) era de nuevo la mujer.
Mujeres en la Guerra de los Balcanes |
Las buenas intenciones (o al menos su declaración) pueden
justificar las decisiones más aberrantes. En Sudáfrica, ciudadanos moralistas
pretenden erradicar las relaciones lésbicas, que de acuerdo a su opinión,
socavarían las bases de la sociedad. Para conseguir sus loables objetivos,
violan (y con frecuencia matan a continuación) a las mujeres sospechadas de
incurrir en esas prácticas, argumentando que lo hacen para “corregirlas” de sus
errores.