lunes, 26 de enero de 2015

VIOLACIONES EN GUERRA O PAZ



La pequeña hija está sobre el colchón, / muerta. ¿Cuántos han estado sobre ella? / Un pelotón, una compañía quizás? / Una muchacha ha sido convertida en mujer / una mujer convertida en cadáver.  (Alexander Solyenitsin: Noches prusianas)

 
Protestas contra violaciones masivas
De acuerdo al informe de Amnistía Internacional, durante la Guerra de los Balcanes, que ocurrió en los años finales del siglo XX, al desmembrarse Yugoslavia, se calcula que en Bosnia y Herzegovina hubo entre veinte mil y cincuenta mil mujeres musulmanas violadas por los invasores kósovos en las calles o sus hogares, delante de sus familiares, mientras que en Kosovo, se calcula que hasta el 50% de las mujeres capaces de reproducir fueron violadas por los invasores serbios (militares y paramilitares). Hubo campos de violación, similares a los campos de concentración, poblados por unas 35.000 mujeres, a las que se obligó a engendrar hijos servios, como una forma de depuración étnica del territorio ocupado.
El sexo es una de las armas más eficaces para desalentar (y exterminar) la resistencia del enemigo. En Kuwait, los violadores eran iraquíes. En Sri Lanka, las fuerzas de seguridad nacionales. En Ruanda, al mismo tiempo que los abusos de los Balcanes, el discurso oficial planteaba como objetivo bélico, la violación del mayor número de mujeres tutsis.

El asalto sexual formaba parte integrante del proceso de destrucción de la etnia tutti y que la violación fue sistemática y se han perpetrado solo contra las mujeres tutsis, en las que manifiesta la intención específica necesaria para los actos que se consideran como genocidio. (Tribunal Criminal Internacional para Ruanda)

Mujeres abusadas del Congo
No eran situaciones casuales, fruto del descontrol de soldados modernos, que desoían las órdenes de sus superiores, sino de una política de Estado, similar a la que se puso en práctica durante la llamada Conquista de América por las potencias europeas. Había que engendrar hijos (bastardos) de los invasores, para desarticular la estructura familiar de los nativos. Las clases dirigentes no se responsabilizan de esos crímenes. Prefieren no darse por enteradas de lo que ocurre y evitar que otras naciones derrotadas las acusen de lo mismo.
Durante los Juicios de Nurenberg convocados tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, los nazis no fueron  acusados de situaciones como esas, respecto de las cuales había suficientes testimonios. Los cuerpos de los vencidos, suele ser el primer botín de guerra que toman los vencedores, cuando los utilizan para su placer, aprovechando la confusión que sigue a las batallas, con el objeto adicional de desmoralizar a las víctimas.
Se trata de una práctica inmemorial, sobre la cual apenas se hablaba en los textos históricos, que no ha variado mucho en la actualidad. La principal diferencia, es que ahora se denuncia, en lugar de mantenerlo en secreto, por vergüenza.
Prisioneras coreanas del ejército japonés
El ejército japonés utilizó a miles de mujeres coreanas, chinas, tailandesas, birmanas, vietnamitas y filipinas, provenientes de países que habían sido invadidos antes de la Segunda Guerra Mundial, como esclavas sexuales. Más de 20.000 estudiantes japonesas fueron sometidas al mismo trato.
El Ejército les prometía empleo en hospitales, restaurantes y fábricas. Una vez enroladas, descubrían que se esperaba de ellas: que atendieran la demanda sexual de los uniformados, para evitar las violaciones de mujeres de la población civil de los países invadidos. Los primeros prostíbulos del ejército japonés se instalaron en 1932 en Shanghai.

Las mujeres gritaban, pero no nos importaba si ellas vivían o morían. Éramos los soldados del Emperador. Ya fuera en burdeles militares o en las aldeas, las violábamos sin reticencia. (Yasuji Kaneko)

Prisioneras judías en campo de concentración
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán abusó de las mujeres que encontraban a medida que ocupaban los territorios de Polonia y la URSS, por la misma época en que el ejército japonés humillaba a las mujeres de los países ocupados de Asia. Poco después, hacia el final de la contienda, el ejército soviético hizo lo mismo en Alemania. Se calcula que hubo un millón y medio de mujeres alemanas víctimas de violaciones, a pesar de que las leyes internacionales castigaban el delito con la muerte. La experiencia que uno de esos soldados relató a una historiadora rusa, da cuenta del subterfugio empleado para satisfacer las expectativas de los invasores y esconder lo sucedido ante los superiores.

Cuando ocupábamos un pueblo, primero teníamos tres días para los saqueos. Por descontado eso no era oficial. Pero después de tres días se te podía juzgar por hacerlo. (…) Recuerdo a una mujer alemana violada, desnuda con una granada entre las piernas. Ahora siento lástima, pero no la sentía en aquel momento. ¿Piensas que fue fácil perdonar a los alemanes? Odiábamos ver sus casas blancas, limpias e intactas. Con rosas. Quería que sufrieran. Quería ver sus lágrimas. (Svetlana Alexeivich)

Sophia Loren: La Ciociara
Soldados norteamericanos y africanos participaron en violaciones masivas de mujeres italianas, durante la contienda y la inmediata posguerra, tal como aparece descrito en La Ciociara, una novela de Alberto Moravia. Cesira, una viuda romana que busca refugio en las montañas con su hija Rosetta, durante el último año de la guerra, no puede evitar que la joven sea violada por hombres que paradojalmente vienen a liberar al país de los nazis y los fascistas. Después del incidente, que ocurre en una iglesia abandonada, la joven que hasta entonces había sido reservada y creyente, cambia, se prostituye sin mostrar ningún sentimiento, con tal de conseguir alimentos, dinero u otros favores. La madre es quien cuenta el proceso:

Hubiera querido decirle que comprendía que después de lo que había pasado con los marroquíes, no fuera la misma y quisiera ir con un hombre para sentirse mujer y anular así el recuerdo de lo que le habían hecho; que comprendía incluso que después de haber sufrido aquello que había sufrido bajo los ojos de la Virgen, sin que la Virgen hiciera nada para impedirlo, a ella no le importara más la religión. (Alberto Moravia: La Ciociara)

Ejército Rojo y mujeres alemanas
¿Qué pasa después? El maltrato puede haber durado poco y no obstante dejar una huella perdurable en las víctimas, sea bajo la forma de hijos, sea como recuerdos traumáticos que dificultan cualquier intento de volver a la normalidad, sea como la memoria de la comunidad que fue testigo de lo sucedido. Según estadísticas recientes, en el curso de la guerra civil de la República Democrática del Congo, 30% de las mujeres y 22% de los hombres (unas 200.000 personas en total) ha sido víctima de violencia sexual.
Los invasores se plantean la misión de embarazar a las mujeres, tal como se espera que desarmen la resistencia y ocupen el territorio enemigo. Los dirigentes los alientan a hacerlo o por lo menos no hacen nada para impedir que aprovechen la situación. Al violar a sus víctimas, tanto los militares como los civiles, las dejan en una situación de orfandad muy difícil de revertir, para ellas y la descendencia que pueden engendrar.
Después de sufrir una violencia similar, ¿cómo se recupera la identidad anterior? ¿Qué espacio les queda para elaborar una identidad nueva?
Protesta femenina: ¡No significa No!
Son tragedias colectivas que marcan de manera perdurable la memoria de pueblos enteros. No ocurren por primera vez en la Historia, pero en la actualidad el hecho trasciende el silencio y la resignación que imponía tradicionalmente la vergüenza. Ahora, suele denunciarse, lo acepten o no las víctimas, aunque no es demasiado probable que se lo castigue, y resulta imposible ignorarlo.
En Dubai se ofrece a las mujeres víctimas de violaciones, la alternativa de casarse con sus agresores, para que ellas (no los agresores) pudieran evitar la cárcel. ¿No es, como se planteaba el jefe mafioso de The Godfather, el filme de Francis Ford Coppola, una oferta imposible de rechazar?
En Perú, durante la campaña del ejército nacional contra la guerrilla de Sendero Luminoso, se ofrecía a las víctimas de situaciones parecidas una salida no menos honrosa: casarse con los hombres más viejos o los tontos del pueblo, que no conseguían pareja. Se trataba de una salida que otras mujeres, menos apremiadas por esos hechos ajenos a su voluntad, se hubiera negado a aceptar.
Las mujeres suelen ser usadas y abusadas en tiempos de paz, como objetos que se utilizan de acuerdo a los intereses masculinos y no merecen mayor consideración. Una noticia de prensa de comienzos de 2014, informa que una joven pakistaní fue sentenciada por un consejo tribal a ser violada por su padre y dos de sus hermanos, como castigo de la relación considerada ilícita, que mantenía otro de los hermanos con una mujer del pueblo. ¿Por qué volverla víctima de un incesto? Probablemente se entendía someter de ese modo al escarnio público a toda la familia, pero en ese caso la parte más golpeada (y de ningún modo responsable) era de nuevo la mujer.
Mujeres en la Guerra de los Balcanes
Casi al mismo tiempo, otro consejo tribal en la India, ordenaba la violación de una mujer comprometida en el delito de una relación con un hombre ajeno a la aldea y perteneciente a otro culto religioso. Trece hombres dieron cumplimiento a la sentencia, para descubrir (demasiado tarde) que habían incurrido en un delito que habría de ser juzgado.
Las buenas intenciones (o al menos su declaración) pueden justificar las decisiones más aberrantes. En Sudáfrica, ciudadanos moralistas pretenden erradicar las relaciones lésbicas, que de acuerdo a su opinión, socavarían las bases de la sociedad. Para conseguir sus loables objetivos, violan (y con frecuencia matan a continuación) a las mujeres sospechadas de incurrir en esas prácticas, argumentando que lo hacen para “corregirlas” de sus errores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario