domingo, 18 de enero de 2015

CAZADORAS (NO SOLO DE HOMBRES): MUJERES QUE TOMAN LA INICIATIVA


Miss Cougar y amigo
Estoy orgullosa de representar a una nueva raza de mujeres fuertes, independientes, exitosas, que andan en busca de alguien que sea más atractivo que el común de los hombres de cuarenta años. (Gloria Navarro, Miss Cougar America)

El tema de las cazadoras de hombres puede haber adquirido cierta actualidad, pero no da para reírse de él. Las mujeres independientes que toman la iniciativa en asuntos de toda índole (política, negocios, profesiones liberales, incluso relaciones de pareja) probablemente resultan más amenazantes para los hombres, que dignas de burla. Están demasiado cerca y han proliferado, porque constituyen un ejemplo demasiado tentador para las nuevas generaciones. En inglés se las denomina cougar women (pumas) y sus eventuales parejas son los cubs (cachorros) que ellas crían.
Pueden ser protectoras y a la vez dominantes. Resultan muy atractivas y difíciles de detener. No dudan en asumir iniciativas que hasta no hace mucho parecían aterrorizarlas o al menos no sospechaban que estuvieran en condiciones de competir con sus similares masculinos. No se resignan a la mítica soledad del Poder. Dedican mucho dinero y energías para mantenerse vigentes como objetos deseables para los hombres.
Cuando eran más jóvenes, podían limitarse a esperar que las eligieran como pareja. En su madurez, suelen ser profesionales que disponen de abundantes medios económicos que las han vuelto independientes de los hombres y saben lo que les atrae de la relación con ellos. En los EEUU, ellas organizan Convenciones en ciudades turísticas, que sirven para conocer parejas. Eligen a reinas de belleza. Participan en cruceros temáticos por el Caribe, donde uno de los atractivos es la presencia de hombres dispuestos a ser cazados. Se multiplican los locales donde se ofrecen espectáculos strip tease masculino para una clientela femenina. El stripper se ha convertido en una rutina de las despedidas de soltera.
Cuando se difunde la noticia de una joven esposa que da a luz un hijo con enanismo, tras haber pasado por una despedida de soltera donde la figura protagónica había sido un stripper de esa condición, lo que sucede en esas celebraciones queda expuesto bajo una luz perturbadora.
Probablemente siempre hubo mujeres que deseaban tomar la iniciativa en todas las esferas de la actividad humana; la mayor novedad es que en la actualidad no llegan a  censurarse tanto como sucedía. La cougar woman suele ser la concreción del mito de la diosa Diana de la Antigüedad, una mujer que gracias al poder que probablemente alcanzó mediante su esfuerzo, se considera por encima de las limitaciones habituales de aquellas que la precedieron.
No depende económicamente de un hombre, aunque puede haber sufrido esa limitación en el pasado y no está dispuesta a sufrirlo de nuevo. Tiene edad suficiente para haber establecido una familia, que no necesita ampliar. Exhibe una trayectoria profesional que no puede ser cuestionada. Ha sabido invertir el capital que reunió y le asegura el futuro. Dedica buena parte de su dinero al cuidado de su imagen personal. Goza de una libertad impensable para la mayoría de sus congéneres, que deben consultar a sus maridos, parientes y conocidos para tomar las decisiones más triviales.
Cuando han alcanzado tal grado de independencia, ¿qué considera ella que puede faltarle?  Nada, porque si advierte que algo necesita, controlan su propio dinero, y por lo tanto lo compran. Cuando se proponen obtener la compañía de un hombre, lo capturan, no se sientan a esperar que él pase y decida seducirlas.
Mae West en espectáculo
A mediados del siglo XX, la actriz y escritora Mae West elaboró primero en el teatro, luego en el cine, la caricatura de una mujer devoradora, imposible de detener, a la vez independiente y urgida de parejas masculinas.

¿Para qué hacer sufrir a un hombre casándote con él, cuando se puede hacer felices a muchos? (Mae West)  

El desparpajo femenino puede no ser bien apreciado por la sociedad, que durante siglos ha intentado reducir a las mujeres a un rol sumiso que termina por convertirse en segunda naturaleza para muchas. En contraste con ellas, las rebeldes corren el riesgo de que las señalen con el dedo o las lapiden, pero no el de ser ignoradas.
Si conquistan a los hombres que le interesan, mientras su atractivo sexual se encuentra vigente, luego, cuando advierten que el encanto se ha debilitado o extinguido, no tienen demasiados problemas en pagarles por su compañía (tal como los hombres vienen haciendo desde siempre con las mujeres).
Sex and the Cuty
Una mujer envejecida, pero con recursos económicos, que paga con dinero, regalos o contactos los favores de un gigoló, no es una imagen demasiado amable para una cougar woman, como tampoco puede serlo aquella de un hombre envejecido, que paga los servicios de una prostituta. La idea sea ha vuelto menos extraña, gracias a personajes de la serie de televisión Sex and the City, donde el personaje de Samantha Jones continúa siendo atractiva, de ningún modo ridícula, cuando se exhibe con parejas esporádicas pero sin duda más jóvenes. Ella dice a uno de esos hombres:

Te quiero, pero más me quiero a mí misma. (Samantha Jones: Sex and the City)

Los hombres pasan por la vida de una mujer poderosa y quedan marcados por la experiencia, no a la inversa, como suponía la tradición machista. Una canción de 1929 resume la visión despectiva del gigoló que se deja seducir (o más bien, financiar) por mujeres mayores. En ese momento, él podía ser un bailarín al que una mujer pagaba para que la acompañara durante un baile de salón, circunstancia que ofrecía la oportunidad de entablar un diálogo discreto, durante el cual se negociaban transacciones posteriores de índole más íntima.

Just a gigoló / everywhere I go / people know the part / I´m playing. / Paid for every dance / selling each romance / every night some heart / betraying. (Leonello Casucci y Julius Brammer: Just a Gigolo)

Joan Collins y actual esposo
Actrices maduras de Hollywood como Joan Collins, Cher, Barbara Hershey, Demi Moore, Madonna, Susan Sarandon, Cameron Diaz, Katie Couric, Halle Berry, se han exhibido ante la prensa con sus parejas bastante más jóvenes que ellas, a quienes parecen elegir o desechar de acuerdo a su capricho (pero que tarde o temprano las abandonan, porque se sienten atraídos por mujeres de su edad). Si la historia se cuenta de ese modo, sugiere una moraleja desalentadora: aquellas que salen de caza, terminan defraudadas.
Vista desde otra perspectiva, las pocas cazadoras que se encuentran en condiciones de practicar ese deporte, no deben compartir las ilusiones de establecer una pareja que subsista hasta el final de sus días. La estabilidad no puede ser su objetivo, cuando se encuentran en condiciones de evaluar aquello que les satisface y aquello que no.
Fran Drescher y actual esposo
Fran Drescher, comediante que alcanzó notoriedad en la sitcom The Nanny, utilizó su experiencia matrimonial con un hombre 16 años más joven, como núcleo temático de otra sitcom, Living with Fran, que no tuvo la misma recepción que la anterior, y fue cancelada al terminar la segunda temporada de exhibición. En el mundo contemporáneo no debiera haber ningún obstáculo para aceptar la imagen de una mujer tonta, que fracasa repetidamente cuando trata de conquistar a un hombre de más edad, educación y riqueza. No obstante, la idea de poner el poder en manos de la mujer, incluyendo la elección de parejas, se opone a las expectativas de la audiencia masiva.

Demasiadas mujeres esperan que los hombres les brinden la felicidad. Yo no dependo de los hombres para conseguir la mía. Sé cómo manejar a los hombres. Tengo un código, sin embargo: nada de alcohol, nada de tabaco y tampoco hombres casados. Hay demasiados hombres alrededor. (Mae West)

Suele haber algo intimidante en la imagen de una mujer madura y segura de sí misma, que sale en busca de una pareja más joven, alguien que de acuerdo a sus adversarios, podría ser su hijo pero no lo es, aunque sí alguien que se encuentra subordinado a ella. El fantasma del incesto queda flotando en la condena social de estas uniones dispares, que pueden resultar satisfactorias inicialmente para quienes las viven.
¿Qué sale ganando la mujer madura de la relación con un hombre más joven? Puede suponer que el vigor de un amante en la plenitud de su sexualidad. También la posibilidad de modelar a ese hombre de acuerdo a las demandas de la mujer.
¿Qué gana él? Probablemente la experiencia de acceder a una mujer que ha pasado por otros hombres y en lugar de ser devaluada por esa circunstancia, aprendió de ellos (o lo más probable, por causa de ellos) a tomar la iniciativa incluso en asuntos como la seducción.
Las dos iniciativas resultan sospechosas. ¿Desde cuándo las mujeres que han sufrido decepciones en el curso de sus anteriores relaciones de pareja, buscan la repetición de lo sucedido en encuentros con sujetos que pueden ser tan inseguros como los hombres jóvenes? ¿Qué placer obtienen ellas de la oportunidad de educarlos y hacerlos madurar, cuando al hacerlo se arriesgan a perderlos?
El tiempo es uno de los principales adversarios de estas mujeres que derriban tantas barreras. Aunque las cazadoras demoren con sabiduría la aparición de los inevitables signos de la edad y los hombres que atraparon disfruten esa oportunidad que les fue concedida, la relación de estas parejas tiene los días contados. Pueden ser días felices, pero el tiempo juega en contra. Los testigos no los envidian ni acompañan en su felicidad. Sólo apuestan cuánto durará la conquista.
Pentesilea derrotada por Aquiles
Para la mentalidad masculina, que no suele resignarse a perder sus privilegios milenarios, las mujeres que toman la iniciativa en lo sexual como en cualquier otro ámbito, tarde o temprano deben ser derrotadas por un hombre. Más aún, a pesar de las muchas victorias que pueden exhibir en todos los campos de la actividad humana, ellas suelen dar la impresión de estar buscando siempre al hombre las someta, como confiesa Pentesilea, reina de las amazonas.

PENTESILEA: Dejad que venga [se refiere a Aquiles, el enemigo del que se ha enamorado]. Dejad que ponga su pie acerado en mi nuca. Así lo quiero. (…) Dejad que me arrastre por los pelos atada a sus caballos, y que este cuerpo, lleno de vida floreciente, sea arrojado con ignominia al campo abierto, como pasto matinal de los perros, de la horrenda familia de las aves rapaces. ¡Prefiero ser polvo, a ser una hembra que carece del poder de seducción! (Heinrich von Kleist: Pentesilea)

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