PRESENTACIÓN

¿Por qué atraen las mujeres mucho más el interés de los hombres, que los hombres el de las mujeres? (Virginia Woolf: Una habitación propia)
Una de las respuestas posibles, confirma la hipótesis de Virginia Woolf: las mujeres no han tenido mucho espacio para exponer sus puntos de vista. Otra les niega validez: cuando las mujeres denuncian la marginación que sufren, se refieren a los hombres responsables de la situación. Otra más: los hombres han hablado bastante de sí mismos, desalentando la intervención de las mujeres, a quienes prefieren hablando de otra cosa, o en lo posible, de nada. Por lo tanto, ¿por qué habrían de cooperar con ellos las mujeres? Cuando alguien nace hombre, cuando le asignan un repertorio de ideas y costumbres que lo definen como tal, no es raro que pronto se descubra observando con interés inexplicable, pero difícil de ignorar, a las mujeres que encuentra en su entorno y no siempre le prestan la atención que espera, desde la infancia y durante el resto de su vida. Al comienzo, tal vez no entienda muy por qué lo hace. Luego, a medida que acumula experiencias (y preguntas cada vez más complejas) aprende que con toda probabilidad no termine de conocerlas nunca y no por ello dejará de investigar cómo son y qué puede esperarse del diálogo entre los géneros. Ellas andan cerca, en buena hora, forman parte fundamental de la existencia de cualquier hombre, y sin embargo desconciertan, sorprenden a cada rato con sus reacciones que impiden pasarlas por alto, cuestionan las más firmes convicciones masculinas, deslumbran o inquietan. El discurso feminista de las últimas generaciones nos ha acostumbrado a la idea de que las mujeres tienen no solo el derecho a hablar de su situación, sino también que les corresponde la exclusividad, por el conocimiento que han acumulado sobre el tema, considerando la distorsión que los hombres introducen. Todo eso es cierto y sin embargo planteo un blog donde intento (de nuevo) observar a las mujeres. ¿Quién puede ignorar la presencia de Venus? Primera estrella en definirse en el cielo nocturno, última en desaparecer cuando se anuncia la mañana. Por algo la Antigüedad la personificó como la diosa del amor y lo femenino. Venus observerd es una pieza teatral de Christopher Fry que leí en mi adolescencia y la identificación de una actitud que permanece vigente desde entonces. Las mujeres están ahí, están aquí, durante siglos se les negó el derecho a expresarse y tal vez por eso ahora siempre tienen algo que decirnos y desde el punto de vista masculino vale la pena tomarlas en cuenta.
No se puede hacer una Historia de la Mujer sin relacionarla con los hombres, con su familia, su matrimonio y su religión. Tampoco se debe hacer una Historia del Hombre como un ser alejado de una vida personal, matrimonial, emotiva. Eso es lo que hacía la Historia Política, era un Historia de un ser masculino, con una gran expresión de su autoridad, desvinculado de su entorno familiar. Para validad una biografía masculina es esencial colocar al hombre dentro de un ambiente que lo relacione con el otro género, con su madre, con sus hermanas, con sus novias, con sus esposas, con las mujeres. (Asunción Lavrín)

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