Marie Dentière |
Si Dios dio gracia a algunas
buenas mujeres, revelándoles algo santo y bueno a través de las Sagradas
Escrituras, ¿tienen ellas que atreverse a no escribirlo, no hablarlo o no
declararlo a los demás, por causa de los difamadores de la verdad? Puede ser
demasiado impúdico cubrir el talento Dios nos ha concedido a nosotras, que
debemos tener la gracia de perseverar hasta el fin. (Marie Dentière)
En el siglo XVI, Dentière, tras haber ingresado a un
convento de monjas agustinas, asistió a una prédica de Martin Lutero, que la
convenció de sumarse a la Reforma
Protestante que él
llevaba a cabo contra los jerarcas de la Iglesia Católica.
En 1528 Dentière se casó con un predicador de la misma tendencia, Simon Robert,
con quien tuvo dos hijos. Al quedar viuda, predicó en Ginebra a la par de
Calvino y Farel, líderes del protestantismo, que desaprobaron su actuación.
Para eludir la prohibición expresa a la publicación de
textos teológicos escritos por mujeres, firmó los suyos con seudónimo. Dentiére
se casó por segunda vez con Antoine Froment, otro predicador reformista.
Planteó en sus artículos el punto de vista de las mujeres sobre la doctrina
cristiana. Propugnaba la necesidad de reinterpretar los Evangelios, para
ampliar la participación femenina en el culto religioso (un tema que cinco
siglos más tarde continúa en discusión).
¿Tenemos dos Evangelios: uno para
hombres y otro para mujeres? Tampoco los calumniadores y enemigos de la verdad
tienen el derecho de acusarnos de excesiva arrogancia, ni puede un verdadero
creyente decir que las mujeres están traspasando sus derechos cuando hablamos a
otra acerca de las Sagradas Escrituras. (Marie Dentiére)
Théroigne de Méricourt |
Años atrás, cuando decidió abandonar el hogar paterno por diferencias
irreconciliables con su madrastra, perdió el apoyo de la familia, tuvo que
sostenerse sola y al parecer habría llegado a prostituirse para sobrevivir. Una
vez instalada en Paris, gracias a su relación con el Marqués de Persan, abrió
un salón literario frecuentado por los futuros revolucionarios. Al comenzar la Revolución, la Méricourt
no se conformó con recibir y agasajar a sus visitantes. Participó junto a los
hombres, sable en mano, en la
Toma de la Bastilla. Los
monárquicos la vilipendiaron por sus ideales republicanos y su pasado de mujer
pública. La describían como un personaje desequilibrado, que intentaba vengarse
de la sociedad que la había marginado.
Ustedes [los hombres] anularon
todo los privilegios [de la nobleza]; anulen también los del sexo masculino.
Trece millones de esclavas llevan las cadenas que les colocaron trece millones
de déspotas. (Théroigne de Méricourt)
Méricourt era imprudente en sus discursos, por apasionada y cometió
el error de enfrentar al poderoso Robespierre, en medio de la lucha de
facciones que estuvo a punto de desembocar en una guerra civil. Creó una legión
de lo que denominó amazonas (batallón de mujeres armadas) con la que pretendía
invadir los Países Bajos para liberarlos de la monarquía. Tanto activismo no
anunciaba premios ni reconocimientos para ella. Había que silenciarla pronto,
para que su ejemplo no cundiera entre las mujeres. Méricourt fue castigada por
una banda de seguidoras de Robespierre, que le quitaron la ropa interior y la
azotaron en plena calle.
Ciudadanas: demostremos a los
hombres que no somos inferiores a ellos en valentía y bravura; demostremos a
toda Europa que las mujeres francesas conocen y está a la altura de las ideas
de su siglo, despreciando los prejuicios absurdos y antinaturales. (…)
Francesas (…) rompamos nuestras cadenas. Ya es hora de que las mujeres
abandonen el vergonzoso estado de nulidad en que el orgullo y la injusticia de
los hombres las mantienen hace tanto tiempo. Volvamos a las épocas en que las
galas y las altivas germanas deliberaban en las asambleas públicas y combatían
al lado de sus esposas para rechazar a los enemigos. (Théroigne de Méricourt)
Flora Tristán |
Durante el siglo XIX, las mujeres se plantearon
reiteradamente igualar sus derechos cívicos con aquellos que disfrutaban los
hombres. Flora Tristán, hija de los amores de una francesa y un alto oficial
peruano que residía temporariamente en España, conoció una infancia desahogada,
pero no logró ser reconocida por su padre, que murió cuando ella tenía cinco
años. A partir de ese momento, ella y su madre quedaron en la pobreza, comenzó
a trabajar en una imprenta en Paris y se casó muy joven con su patrón. Cansada
de los malos tratos que recibía, Flora huyó de su hogar, llevándose a sus hijos.
Viaja a América, para reclamar la herencia paterna y apenas
consigue una pensión. Al regresar a Francia, se incorpora a la lucha por la
emancipación de la mujer y los derechos de los trabajadores (dos causas que a
partir de ella pasan a estar indisolublemente relacionadas).
Cuando se niega a las niñas la posibilidad de recibir una
educación, analiza Tristán, es porque se ha decidido que es en el seno del
hogar donde mejor se las explota como fuerza de trabajo, al encargarles las
tareas domésticas, la crianza de los niños, las compras de provisiones, etc. Ese
régimen no pasa de ser una preparación para las tareas que se le encomiendan al
llegar a la adolescencia, al ubicarlas como aprendizas en talleres donde el
trato no es menos desconsiderado de lo que había sido en el hogar. La otra
opción es prostituirse. Ante una situación tan intolerable vivida por millones
de mujeres, la propuesta de Tristán es simple, difícil de aplicar y sin embargo
inevitable, como reconoce su contemporáneo, Karl Marx:
Proletarios del mundo, uníos.
(Flora Tristán)
Emmeline Pankhurst |
Emmeline Goulden era hija de una pareja de activistas sociales,
que se incorporó a la causa del sufragio femenino a los 14 años. Se había
formado en una escuela francesa. Conoció a Pankurst, su marido, un abogado
bastante mayor que ella, con quien compartía los mismos ideales. Fue madre
prolífica, lo que no le impidió fundar una asociación que promovía el voto
universal. En el verano de 1908, llegaron a reunir medio millón de sufragistas
en Hyde Park. Cuando Pankhurst intentó incorporarse al Partido Laborista, la
rechazaron… por ser mujer.
Al quedar viuda, ella y sus hijas se dedicaron a actividades
de agitación, que incluían quebrar los vidrios de ventanas de la residencia
oficial del Primer Ministro, agredir a policías, incluso provocar incendios en
establecimientos comerciales. Fueron encarceladas e iniciaron huelgas de hambre
que las volvieron célebres por la crueldad de los métodos utilizados para
alimentarlas por sondas. Al comenzar la Primera Guerra Mundial, las sufragistas
invitaron a las mujeres para que incorporaran masivamente al campo laboral que
hasta entonces había sido reservado a los hombres. Finalmente, en 1918, el
Parlamento británico concedió el voto a los hombres mayores de 21 años y las
mujeres mayores de 30. Nancy Astor fue la primera mujer elegida para un escaño
de la Cámara de los comunes, en 1919.
Rosa Luxemburgo |
Rosa Luxemburgo fue una militante izquierdista de fines del
siglo XIX, nacida en Polonia, obligada a exiliarse en Suiza y Alemania, que se
opuso a la Primera Guerra Mundial. A pesar del hándicap de una cojera, desde
muy joven se destacó en la conducción de un partido político obrero, organizó
huelgas, estudió Economía, Historia y Filosofía. La suya era una solitaria voz
femenina en un mundo de hombres. La encarcelaron reiteradamente, predicó la
objeción de conciencia ante el estallido de la guerra.
Acusada de incitar a la desobediencia civil, la justicia
alemana la condenó a un año de encarcelamiento. La asesinaron en 1919, apenas
concluida la guerra, cuando había previsto las desviaciones que aguardaban a la
Revolución bolchevique, en la recién establecida Unión Soviética.
¡El orden reina en Berlin! Vuestro
orden está construido sobre la arena. Mañana la revolución se levantará
vibrante y anunciará con su fanfarria: ¡Yo fui, yo soy, yo seré! (Rosa
Luxemburgo)
Alicia Moreau |
El feminismo no fue un detalle de
indumentaria, sino una forma distinta de pensar; no se trató de oponer a la
mujer al hombre, sino (…) de no dejarla ajena al pensamiento moderno, de
permitirle que conquistase en la sociedad una posición menos deprimida, de
darle los medios de defenderse contra un régimen que no ha sido hecho para ella
y en donde se encuentra herida y vejada. (Alia Moreau de Justo: Feminismo e
intelectualismo)
Alexandra Kollontai |
Alexandra Kollontai fue designada Comisaria del Pueblo para la Asistencia Pública,
tras el establecimiento de la Unión Soviética, en 1917. Desde el alto cargo que
ejercía, logró que se aprobaran las leyes del divorcio y el derecho al aborto,
el reconocimiento salarial a la maternidad, fundación de guarderías y hogares
para los hijos de las trabajadoras. Promovió la participación femenina en todas
las profesiones.
Desde 1921, Kollontoi quedó marginada por su propuesta de
entregar las fábricas a los trabajadores y varios de sus planteos quedaron
archivados definitivamente. Se la designó como embajadora de la URSS en Noruega (fue primera
mujer que asumió una responsabilidad parecida). Sus ideas resultaban incómodas
para una conducción que necesitaba consolidar una imagen más convencional de la
mujer, después de haberle permitido incorporarse plenamente a las actividades
productivas.
En vez del matrimonio indisoluble, basado en la servidumbre de la
mujer, veremos nacer la unión libre fortificada por el amor y el respeto mutuo
de dos miembros del Estado Obrero, iguales en sus derechos y en sus
obligaciones. En vez de la familia de tipo individual y egoísta, se levantará
una gran familia universal de trabajadores. (...) Estas nuevas relaciones
asegurarán a la humanidad todos los goces del amor libre, ennoblecido por una
verdadera igualdad social entre compañeros, goces que son desconocidos en la
sociedad comercial del régimen capitalista. (Alexandra Kollontoi: La igualdad
social del hombre y la mujer)